El intento de extorsión cibernética que obligó al cierre del mayor sistema de oleoductos de Estados Unidos fue llevado a cabo por una banda criminal rusa conocida como DarkSide. El ataque informático contra Colonial Pipeline, un sistema que envía petróleo desde el Golfo de Texas hasta la Costa Este, involucró “ransomware”, un código que aprovecha los agujeros de seguridad para encriptar los sistemas informáticos y exigir un rescate para desbloquearlos. Colonial Pipeline cerró proactivamente sus operaciones el viernes después de que piratas informáticos irrumpieran en algunas de sus redes. Por su parte, Darkside emitió un comunicado diciendo que su objetivo con el ataque era "ganar dinero, y no crear problemas para la sociedad". La declaración explicó que pondría en marcha controles a otros ciberdelincuentes "para evitar consecuencias sociales en el futuro", y agregó que el grupo es "apolítico" y no necesita estar vinculado a ningún Gobierno. Mientras que el FBI desaconsejó pagar el secuestro, funcionarios de la Casa Blanca dijeron que esa decisión depende de las empresas. Algunos legisladores han estado pidiendo protecciones más fuertes de la infraestructura energética crítica de Estados Unidos.